TENDAJÓN MIXTO
De nuevos gobiernos y “novedosas” prácticas
JAIME ORNELAS DELGADO
Tomó posesión Rafael Moreno Valle y, de verdad, la tiene fácil; jamás podrá haber un gobierno peor que el de Mario Marín. La ceremonia de ascensión de Moreno Valle al gobierno, no fue distinta a la tantas veces vista en la era del PRI. Los mismos aplaudidores y los mismos reventadores, aunque ahora las víctimas fueran otros. Aplausos y porras a la miss Gordillo y a los gobernadores panistas, tan arregladitos y felices que se veían en “su ceremonia” llena de gente bien; en cambio, silbatinas y mentadas para los despistados priistas que, muy formalitos y respetuosos de las reglas, se presentaron al acto manteniendo las formas de cortesía política que ellos idearon para honrarse a si mismos; por ahí se vio a los 16 diputados federales priistas, que no se quedaron a la ceremonia porque aunque tenían invitación no tenían un lugar asignado y ¡eso si que no!, ante tal descortesía salieron molestos, refunfuñando porque ellos, declaraban ufanos –¿y arrepentidos?– ellos y no otros, habían logrado aumentar los recursos como parte del presupuesto del estado que ya no gobierna su partido; quien si tuvo lugar fue el carnal Marcelo, que anduvo presumiendo su amistad con Moreno Valle y dijo, a quien quisiera oírlo, que su gobierno asesorará al de Puebla en cinco áreas; muy junto al carnal, estaba Jesús Ortega –que con invitación y lugar asignado– proclamaba a todo pulmón “en Guerrero ganó la izquierda” y anunció que ya descubrió la kriptonita para acabar son Superman; pero quien se voló la barda fue Manuel Camacho Solís, que sin que nadie se lo pidiera y como si tuviera algún capital político que ofrecer, afirmó decidido y para no dejar dudas: “Moreno Valle tendrá todo mi apoyo”. ¡Uy que miedo!
De nuevos gobiernos y “novedosas” prácticas
JAIME ORNELAS DELGADO
Tomó posesión Rafael Moreno Valle y, de verdad, la tiene fácil; jamás podrá haber un gobierno peor que el de Mario Marín. La ceremonia de ascensión de Moreno Valle al gobierno, no fue distinta a la tantas veces vista en la era del PRI. Los mismos aplaudidores y los mismos reventadores, aunque ahora las víctimas fueran otros. Aplausos y porras a la miss Gordillo y a los gobernadores panistas, tan arregladitos y felices que se veían en “su ceremonia” llena de gente bien; en cambio, silbatinas y mentadas para los despistados priistas que, muy formalitos y respetuosos de las reglas, se presentaron al acto manteniendo las formas de cortesía política que ellos idearon para honrarse a si mismos; por ahí se vio a los 16 diputados federales priistas, que no se quedaron a la ceremonia porque aunque tenían invitación no tenían un lugar asignado y ¡eso si que no!, ante tal descortesía salieron molestos, refunfuñando porque ellos, declaraban ufanos –¿y arrepentidos?– ellos y no otros, habían logrado aumentar los recursos como parte del presupuesto del estado que ya no gobierna su partido; quien si tuvo lugar fue el carnal Marcelo, que anduvo presumiendo su amistad con Moreno Valle y dijo, a quien quisiera oírlo, que su gobierno asesorará al de Puebla en cinco áreas; muy junto al carnal, estaba Jesús Ortega –que con invitación y lugar asignado– proclamaba a todo pulmón “en Guerrero ganó la izquierda” y anunció que ya descubrió la kriptonita para acabar son Superman; pero quien se voló la barda fue Manuel Camacho Solís, que sin que nadie se lo pidiera y como si tuviera algún capital político que ofrecer, afirmó decidido y para no dejar dudas: “Moreno Valle tendrá todo mi apoyo”. ¡Uy que miedo!
En fin, nada cambio y son los mismos protagonistas, con distinta vestimenta, del fasto de los primeros de febrero de cada seis años. Y por cierto, ¿la “izquierda” coaligada en Puebla dónde festejó “su triunfo”?
Elecciones en Guerreo
En el país las cosas siguen igual, y por tanto empeoran. Si no vea usted, hubo elecciones el domingo pasado en Guerrero y los ciudadanos podían eligir gobernador entre dos priístas, y además parientes, que fueron propuestos por dos coaliciones: “Guerrero nos une”, integrada por el PRD–Convergencia y el Partido del Trabajo, que postuló al senador priista con licencia Ángel Aguirre Rivero y la coalición “Tiempos Mejores para Guerrero”, formada por el PRI, el Panal y el Verde Ecologista, que tuvo como candidato a Manuel Añorve Baños, ex alcalde de Acapulco y priísta que seguramente siguió en el PRI porque lo propusieron como candidato.
Pero como están las cosas, los candidatos podrían haber sido los mismos pero al revés, es decir, propuestos por las coaliciones que los llevaron como contrincantes, es decir, “Guerrero nos une” podría haber postulado a Manuel Añorve Baños si el PRI no lo hubiera hecho su candidato y Ángel Rivero, por su larga trayectoria de militante del PRI, muy bien podría haber sido candidato de ese partido, pero lo abandonaron y se fue a la “izquierda”. Finalmente, comienza a ser costumbre que el PRI proponga las candidaturas de todos los partidos y, así, seguir ganando de todas todas.
Como en Guerrero ambos candidatos son priistas, se conocen mutuamente sus mañas y las de su partido y se denunciaron sin rubor, demostrando así lo que son en una guerra más que sucia “cochina”, que presagia lo que serán las campañas electorales que se sucederán de aquí a 2012.
Aguirre acusó y afirmó conociéndolos: “no somos ingenuos. Sabemos que los del PRI (los que hace unas semanas eran sus camaradas de partido y de sector) tratarán de enturbiar la elección. Sabemos que sembrarán brigadas de jóvenes con playeras amarillas, como las nuestras, para confundir y enrarecer la elección”. Por su parte, el otro priista, Manuel Añorve Baños, acusó a los perredistas de haber golpeado y arrojado a un barranco a dos dirigentes locales del PRI y denunció que la senadora por Zacatecas, Claudia Corichi, hija de la ex gobernadora de ese estado Amalia García, ofreció enviar 100 brigadistas, “cuadernos, lápices y dulces” para apoyar la campaña del otro priista que ahora es perredista. Para finalizar este carnaval, el gobierno federal filtró las declaraciones de un testigo protegido, que acusaba a Manuel Añorve de haber recibido financiamiento para su campaña de la delincuencia organizada.
Después de esto, ¿a quién le importan los resultados? Algunos habrá, aquellos que nos quieren hacer creer que ganó la izquierda o que el triunfo del priista Ángel Rivero justifica la estrategia envilecida de los Chuchos
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