miércoles, enero 05, 2011

Ricardo Andrade Jardí : La realidad fantástica de los usurpadores

La realidad fantástica de los usurpadores
Por Ricardo Andrade Jardí


Mientras el “chupacabras” se pasea como si nada le debiera al país, promocionando su trabajo “intelectual”, sobre cómo salvar a México del infierno en el que él nos ha metido, el otro usurpador, el usurpador en turno, rebuzna buenas intenciones en mensaje de nuevo año, para afirmar que “ahora sí, el 2011 será un buen año”, aunque como siempre, en su discurso demagógico no dice para quienes será un buen año. De lo que podemos estar seguros, es que en la falaz guerra contra el crimen organizado, ni Roberto Hernández, ni la “la maestra” serán molestados, mientras las bajas colaterales seguirán aumentando la lista de muertos del desgobierno de la usurpación fecalista, nada más basta ver las primeras noticias del año y los muertos en menos de 72 horas, ya alcanza una centena de cien ejecuciones, dos niños de 2 años la encabezan.
La realidad es cierto que puede verse desde muchos puntos de vista, existe un amplio diapasón de matices, que pueden hacernos ver un acontecimiento de diversas maneras, pero lo que es cierto es que ni el chupacabras de Salinas de Gortari, ni Fecal, ven la realidad mexicana, desde una perspectiva posible. Salinas quiere caer bien, hasta nos dice que ha leído a Gramsci e intenta presentarse como un orgánico intelectual ¿del PRI acaso?, con la diferencia de que Antonio Gramsci fue un consecuente intelectual de acción en su época y que de haber vivido en el México de la usurpación salinista hubiera sido, además, una víctima mortal del despotismo del chupacrabras o un preso político.

Pero Salinas no sólo le apuesta a que la mayoría de la sociedad se olvide de sus fechorías y lo perdone para aclamarlo como un salvador de la nación, sino que además se apropia del pensamiento de otros que sí revolucionaron el terreno, cuando menos de las ideas en forma global. Esa es una diferencia esencial con Salinas de Gortari, que tan sólo implantó un sistema financiero que no le ha traído más que pobreza, miseria y atraso al país, pero ni siquiera se trata de un modelo propio, sino del recetario de comportamiento que los organismos financieros globales le exigieron; y ahora nos propone “una sociedad diferente” a la que él nos impuso, una sociedad en la cual se cree la cultura de la participación ciudadana; lo malo es que entre todas las cosas que el sujeto le arrebató al país también está la cultura.
Por no hablar de todo lo que se privatizó bajo el argumento de que así sería mejor y se combatiría la burocracia estatal, pero los bancos no sólo no son mejores, sino que, además de los rescates con dinero publico, hoy dan servicios de quinta; la infraestructura carretera se concesionó a particulares y además de terminar pagándolas de nuevo son carreteras mortales, mal planeadas y peor echas.
Esa es la realidad que los usurpadores se niegan a ver, la realidad de los mexicanos de a pie, la que nos obliga a usar esos bancos o transitamos esas carreteras de muerte, la de los mexicanos que en el instante en que Fecal nos llenaba de promesas de bienestar y seguridad para el nuevo año, velaban o enterraban a sus muertos ejecutados por las balas criminales del sector privado y público de una guerra empresarial que busca el control de la distribución de una inmoral prohibición. La realidad de los que no utilizan ni los bancos ni las carreteras, pero pagan las deudas de los “respetados” hombres de negocios, que no son más que ladrones de corbata, a los que Carlos Salinas de Gortari, no sólo les abrió las puertas sino que les remató la infraestructura del país y los elevó en un pedestal del que hoy no quieren bajarse, aunque sus privilegios signifiquen la destrucción de la república.

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