lunes, enero 10, 2011

María Teresa Jardí : Esconden a la bestia

Esconden a la bestia
Por María Teresa Jardí


Si Calderón hubiera tenido el tamaño, aunque fuera de los zapatos de Lula, otra sería la historia de nuestro país. Pero nos tocaron, en el reparto de bienes, gobernantes enanos que vergüenza causarían incluso en Haití. Y no de ahora, aunque Calderón sea la clara demostración de qué tan bajo puede caer un país, y Fox sea el ejemplo de que elegir al inculto de derecha garantiza que la corrupción se convierta en regla del sistema para la clase política.
La llegada de la derecha con su neoliberalismo a cuestas y sobre todo con su entreguismo adquirido en Harvard, cuando no en el resentimiento del que tuvo que conformarse con ser “educado” en el politécnico, porque como limpiador de calzado cuando niño, inalcanzable para él resultaba el ir a ser domesticado por Harvard. El limpiador de calzado, como se ufanaba en repetir y repetir, que había sido, quizá para que su pasado no se le olvidara, mientras con la parte ordenada para él por el imperio también cumplía Ernesto Zedillo, mientras se garantizaba el trabajo en la empresa a la que los ferrocarriles mexicanos entregara.
Si alguno de nuestros desgobernantes, gobernante hubiera sido, de Echeverría a Calderón hubieran robado menos y otra sería la historia que escribiríamos los mexicanos. Como la escribe Brasil, hoy, con la apoteótica despedida agradeciendo al estadista que sí supo ser Lula, quien deja al frente del Ejecutivo brasileño a una exguerrillera, torturada y encarcelada, cuando la dictadura imponía, en ese país, las reglas del juego. ¡Qué tiempos aquellos cuando los mexicanos nos soñábamos por encima del Cono Sur dictando las reglas!
El problema del acoso a los migrantes viene de lejos. De cuando Salinas, al menos, fueron debidamente denunciados los abusos que se daban en la frontera sur. Sobre mujeres migrantes violadas empezaron a ser la denuncia constante de las comisiones no gubernamentales de los derechos humanos. Organizaciones que dieron origen al nacimiento de la CND, como una manera de matizar la labor que realizaban y, sobre todo, para no meterle mano a la corrupción que en la PGR necesitaban que funcionara para llegar al punto sin retorno en que hoy se encuentra México.
Paró la bestia demostrando que se la pueda parar cuando así le conviene al que desde el poder la maneja. La corrupción en Migración lleva años siendo regla. Pero no pasará de ser un escándalo más, cubierto por otro, que en una año, el pasado, hayan desaparecido 10 mil migrantes. Ni siquiera es comparable Calderón con Nerón. Lo que se ha hecho con México es inaceptable, inaguantable, es horripilante, es un crimen continuado de lesa humanidad, contra un pueblo al que se le busca cancelar el futuro, por lo menos, para el siglo cuyo segundo decenio apenas empieza. Diez años perdidos. Diez años convirtiendo al país en paraíso de pederastas y tratantes de blancas. Diez años tirados a la basura. En chino la tienen los embajadores del usurpador para vender un México que no existe más que en la desbordada imaginación enferma de los que viven en bunkers. México pudo ser un país que del turismo viviera. Pero no es asesinando ni despareciendo como se convence a los habitantes de países más suertudos de venir a vacacionar, a menos que quieran vivir la aventura de no regresar con vida al país de origen.
A los migrantes no les queda más que jugarse el pellejo pasando por el filtro, en que también los apátridas desgobernantes a la mexicana, han convertido a México por órdenes del imperio gringo. Pero el que tiene dinero para vacacionar y no busca abusar de un menor o ser testigo de una ejecución o un corte de cabezas o el despellejamiento de las mismas, a otros destinos más propicios voltea la vista y no al país con el desgobierno más corrupto de la tierra, y donde la muerte tiene permiso de hacer una limpia de pobres porque eso es lo que le conviene al desastroso sistema político que se aplica por entreguistas a modo de imperio vecino.

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