sábado, enero 08, 2011

Jorge Lara Rivera : En el país de las maravillas

En el país de las maravillas
Jorge Lara Rivera

Contra datos duros sustentados por el INEGI y el reporte recién de Hacienda que lo desmienten, el jefe del Ejecutivo federal evade hechos aferrándose al embuste e insiste: “Se crearon más de 800 mil empleos formales en 2010”. Así, el discurso oficial sigue ajeno a la realidad cotidiana, se torna esquizoide. Tal, la versión del gobierno panista acerca del panorama nacional; función continua para la cruel simulación en un país de mentirijilla burlona. Y aquél ha dado otras penosas muestras de su incapacidad para asumir, cabalmente, su papel. En entrevista radiofónica, usó el manido expediente fascista: acusar a los demás de los males del país, afirmando que en los primeros años, su gestión enfrentó una oposición “totalmente irracional, totalmente violenta en algunos casos”. ¿Y luego qué?, ¡qué ha hecho en los siguientes! Nada o peor –pretextos, puros pretextos. Después, en el Auditorio Nacional, en el Día de la Enfermera, se jactó del imaginado logro panista desde Los Pinos, alardeando que en 10 años “se ha duplicado la cobertura de salud de todo el siglo XX”, pues sus esbirros registraron en el padrón del Seguro Popular a muchos millones mexicanos más hasta contar 90, contra los 45 millones que en 2000 contaban con acceso a servicios públicos de salud. Buen propósito y retorcido método que, más bien, parece destinado a quebrar el sistema nacional de salud pública para una ‘venta de garaje’ hacia el remate a favor de los socios del régimen, por más spots televisivos autoalabándose en contrario. Una cosa es inscribir gente en un padrón de asegurados abultado para la estadística y muy distinto darle cobertura (atención médica, hospital y medicinas); exacto allí radica la falsedad, vil ‘fundamento’ de su jactancia. Pero en su mundo de prodigios de mentirijillas hay, sin embargo, grietas graves tanto en el ámbito interno como foráneo.
Es innegable: los escándalos internacionales por masacres contra indocumentados, casos de trata de personas, asesinato y secuestro de turistas y diplomáticos, abusos policiacos y su impunidad, el tráfico encubierto de estupefacientes por sobrecargos que exhibe redes de corrupción oficial existentes en Migración (SEGOB) y aeropuertos a cargo de la SCT, así como violencia sin ley en ciudades del país deterioraron, como ni siquiera en la payasada que fue el foxiato, la imagen internacional de México, otrora respetable y de ascendiente en la comunidad de las naciones. Es verdad, aunque la opaca canciller Patricia Espinosa pretenda inútilmente encubrirla con eufemismos de que nuestros diplomáticos están “obligados a velar por que ‘continúe’ recuperándose la buena imagen de México”. Si no dan una. Con todo el arsenal (literal y jurídicamente hablando) con que cuenta el régimen a costo sangriento y multimillonario en perjuicio de presupuestos dedicados precisamente a Salud, con recortes a Educación y abandono del Campo; la realidad lo desmiente pues la delincuencia sigue imparable y más osada: ametralla el penal de Topo Chico en Monterrey, N.L., secuestra a un alcalde en funciones –Saúl Vara Rivera– en Zaragoza, Coahuila. Es por el deterioro del agro mexicano –amenazado por la propagación de la contaminación con cultivos de narco, transgénicos (que embarra a 3 secretarios: Bruno Ferrari García de Alba, de Economía; Francisco Javier Mayorga Castañeda, de la Sagarpa; y Rafael Elvira Quesada, del ¡Medio Ambiente!), abandono y vejez por la masiva emigración de mexicanos en edad productiva (más de 10 millones según reporta la Organización Internacional para las Migraciones), por las corruptelas del Procampo (¿recuerda a Evaristo Madero Muñoz y familiares de Mayorga Castañeda?) y regateos de Hacienda a productores agrícolas y campesinos– que el PRI ha demandado al Ejecutivo el ejercicio urgente de los recursos destinados al campo –sin dilación ni mezquindad de SAGARPA– e impulsar el fomento del sector. Por cierto, los últimos 6 meses aumentaron los secuestros masivos afectando a 10 mil migrantes, en especial de América Central, a un promedio de 50; lo afirma la CNDH que algo sabrá del tema. Y aunque nieguen al consuno Banco de México, SHCP y Economía, la inflación en este régimen va al alza: 4.3 % fue el índice anual. Lo decían los bolsillos del ciudadano y la mesa de hogares mexicanos. Sólo en noviembre, México tuvo la 4ª más alta tasa inflacionaria en la lista de los países integrantes de la Organización para el Comercio y el Desarrollo Económico. ¿A quién culparán de esto?

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