martes, agosto 10, 2010

Laura Bolaños Cadena : Y, sin embargo, nadie se mueve

Y, sin embargo, nadie se mueve
Laura Bolaños Cadena


La generalización es injusta. Hay y ha habido siempre mexicanos que se preocupan por el país, gente que lucha a pesar del alto costo de ser disidente. Un ejemplo de resistencia y tenacidad lo está dando el SME y lo dan desde el 2006 López Obrador y su movimiento. Hay prensa independiente que mantiene su posición contra viento y marea, como nuestro periódico y algunos otros. Hay comunicadores a los que su bravura para enfrentarse a ataques oficiales y del crimen organizado, les ha costado hasta la vida. Sin embargo nos ha faltado, en mayoría, la combatividad que caracteriza a los ciudadanos de otras naciones. Nos falta interés en la conducción del país. Fácil caemos en el desaliento, “no se puede hacer nada”, “todos son iguales”, por lo tanto no vale la pena intentar un cambio. O mejor nos guiamos por el desinterés individualista. Que yo lo pase bien y sin molestarme. Resuelvo mi problema y que ruede el mundo.
Hacer “algo” no significa exhortación a la lucha armada sino a la resistencia pacífica. Es el turno de la organización civil, de encontrar las formas para el cambio pacífico. Entre los mexicanos, lo más necesario es sacar a la sociedad de una apatía secular. Hay explicaciones para esta apatía, pero no justificaciones.

En su libro La Mafia que se adueñó de México, Andrés Manuel López Obrador denuncia, de forma certera y directa, con nombres y apellidos, a los oligarcas en el gobierno responsables del daño inmenso al país. La corrupción sin límites, la falta absoluta de patriotismo. Para ellos no hay más interés que seguir exprimiendo a México y a su gente sin importar en absoluto que se agoten las riquezas patrias, entre otras las reservas petroleras; entregar sin el menor escrúpulo bienes que atañen a la seguridad nacional, como la electricidad, el espacio aéreo, las comunicaciones. Concesionar porciones enteras de nuestro territorio a empresas extranjeras con las que están coludidos. La indignación que producen las bien documentadas denuncias del tabasqueño, debía bastar para encender los ánimos. Pero más fácil caldea estos ánimos la pasión futbolera.
Todos pendientísimos del mundial mientras una partida de pillos nos está dejando sin país. México nunca había caído tan bajo y el porvenir no se vislumbra mucho mejor, pero qué tal euforia si le ganamos un partido a Francia y qué humillación para la Patria por la derrota ante Alemania. Dejamos que otros se sigan repartiendo el botín, es mucho más importante ganar o perder un campeonato.
Creer que van a sacarnos del agujero los mismos que nos han conducido a él, es la más necia de las ilusiones. El PRI nos metió en esto. No nos olvidemos de Carlos Salinas y su entreguista TLC. Y es él y su equipo quienes están detrás de los que mueven los hilos de la política neoliberal. Sin excluir de responsabilidad a ninguno de los presidentes desde Miguel de la Madrid y hasta el día de hoy. El PAN es lo mismo empeorado.
El panorama no está cerrado. Hay un nuevo proyecto de país. Es el de Andrés Manuel, pero no se concretará si de nuevo dejamos que sean unos cuantos los que luchen por este proyecto y en caso de concretarse, dejamos que otros trabajen por llevarlo a cabo. No existe el hombre salvador, no existe el mesías. Ni Superman saca esto adelante solo. Aun en el caso de llegar el mejor a la Presidencia de la república, no podrá hacer gran cosa si nosotros no nos molestamos en ocuparnos de la cosa pública.
Es lógico y natural que los mafiosos le hayan impedido a López Obrador convertirse en presidente. Son demasiados los intereses en juego. Y luego de leer este libro confirmamos las causas de que lo tengan como al peor de sus enemigos. Lo es. Y harán todo lo que sea posible por tal de no permitirle acceder a un poder gracias al cual ellos han obtenido y obtienen riquezas infinitas y poder infinito. El poder infinito para la corrupción infinita, como dijo el autor del libro Vecinos distantes del estadunidense Alan Riding a propósito del PRI. (Extensivo al PAN, son los mismos). Y no sólo están dispuestos a todo y más para evitar que López Obrador o su proyecto llegaran al gobierno, sino que trabajan arduamente para anularlo. Y en caso de verse en riesgo de perder, son capaces de llegar a los peores extremos. Aguarda una larga lucha para sustituir sus intereses por los del país. Sólo la organización y la unidad pueden ganarla. Ni Andrés Manuel ni nadie puede dar esa lucha solo.
Por lo pronto hay que interesarse. Salir de la apatía. Convencernos de que es posible el cambio. La lectura del libro de Andrés Manuel no es sólo de denuncia sino también de esperanza. Hay salida y todos podemos contribuir. La suerte del país es nuestra propia suerte.

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