jueves, septiembre 13, 2012

Virginia González Melgarejo : La traición del PAN


La traición del PAN
Por: Virginia González Melgarejo

El PAN le ha quedado a deber mucho a la nación, porque la tan llevada y traída transición democrática en los hechos jamás ocurrió, y en estos 12 años de panismo el PRI supo muy bien “nadar de muertito”, cogobernando con el PAN y logrando mimetizarse. De la mano caminaron en todas las propuestas neoliberales que se impulsaron ambos; en realidad, el PRI jamás fue una real oposición y si un leal colaborador.
El mas burdo y vil engaño empezó con el ranchero guanajuatense, traidor número uno de la democracia, quien desde su nefasta presidencia sólo continuó de manera voraz un atroz proceso de privatización de todo aquello que pudiera enajenarse en el país; así, en los sexenios panistas se concesionaron más de 51 millones de hectáreas del territorio nacional para la industria minera privada; además, carreteras, servicios públicos como luz y gas, ingenios azucareros, playas y bosques para desarrollos turísticos en áreas consideradas como protegidas fueron entregados mediante concesiones leoninas y a todas luces antinacionalistas.

Dándole la vuelta a la propia Constitución, los gobiernos blanquiazules devastaron el territorio nacional bajo la silenciosa complacencia del PRI, calladitos sin hacer gran escándalo el PRI se mantuvo avalando y apoyando a los panistas, a ellos les debemos los aumentos mensuales al precio de las gasolinas, por la decisión de ambos partidos esos aumentos continuarán hasta diciembre de 2014, es decir, aún nos restan 27 gasolinazos de los 36 pactados por cortesía el PRIAN.
Para el PRI estos doce años de cogobernancia, fueron suficientes para fortalecer  sus pequeños “feudos”, cotos de poder que formaron con los gobiernos estatales, ahí tenemos claros ejemplos como Los Moreira, en Durango; Fidel Herrera, en Veracruz; Ulises Ruiz, en Oaxaca, y hasta el propio “precioso” en Puebla. En realidad, al panismo le tembló la mano para detener la corrupción priista y poco a poco fueron aprendiendo sus mañas y aquellos “peces gordos” prometidos por Vicente Fox, apenas resultaron insignificantes charales.
Los (des) gobiernos del PAN no supieron poner la casa en orden, no hicieron de la transición una realidad, se apoderaron de las instituciones democráticas, teniendo a su servicio a  personajes que, en los hechos, sólo han respondido a intereses de los poderosos, con un cinismo y una desvergüenza tal que insulta la inteligencia de quienes desde la ciudadanía observamos con preocupación como se han venido degradando hasta llevar al oprobio a las instituciones nacionales, y todavía tienen el descaro de pedir que se respeten cuando de parte de ellos no existe ni un ápice de respeto para los ciudadanos.
El aceptar y reconocer a Enrique Peña como si nada de lo denunciado hubiere pasado, se convierten en cómplices, lo cual equivale a dejar sanar una herida sin haberle hecho una adecuada asepsia, más temprano que tarde la pus saldrá nuevamente, no se puede mantener la podredumbre escondida.
¿Qué sigue para los demócratas? Seguir denunciando y luchando hasta que todos los ciudadanos pobres y ricos en todo el país comprendan que PRI y PAN al enarbolar un mismo proyecto se convierten en la misma escoria política.

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