La traición del PAN
Por: Virginia González Melgarejo
El PAN le ha quedado a deber mucho a la nación, porque la
tan llevada y traída transición democrática en los hechos jamás ocurrió, y en
estos 12 años de panismo el PRI supo muy bien “nadar de muertito”, cogobernando
con el PAN y logrando mimetizarse. De la mano caminaron en todas las propuestas
neoliberales que se impulsaron ambos; en realidad, el PRI jamás fue una real
oposición y si un leal colaborador.
El mas burdo y vil engaño empezó con el ranchero
guanajuatense, traidor número uno de la democracia, quien desde su nefasta
presidencia sólo continuó de manera voraz un atroz proceso de privatización de
todo aquello que pudiera enajenarse en el país; así, en los sexenios panistas
se concesionaron más de 51 millones de hectáreas del territorio nacional para
la industria minera privada; además, carreteras, servicios públicos como luz y
gas, ingenios azucareros, playas y bosques para desarrollos turísticos en áreas
consideradas como protegidas fueron entregados mediante concesiones leoninas y
a todas luces antinacionalistas.
Dándole la vuelta a la propia Constitución, los gobiernos
blanquiazules devastaron el territorio nacional bajo la silenciosa complacencia
del PRI, calladitos sin hacer gran escándalo el PRI se mantuvo avalando y
apoyando a los panistas, a ellos les debemos los aumentos mensuales al precio
de las gasolinas, por la decisión de ambos partidos esos aumentos continuarán
hasta diciembre de 2014, es decir, aún nos restan 27 gasolinazos de los 36
pactados por cortesía el PRIAN.
Para el PRI estos doce años de cogobernancia, fueron
suficientes para fortalecer sus pequeños “feudos”, cotos de poder que
formaron con los gobiernos estatales, ahí tenemos claros ejemplos como Los
Moreira, en Durango; Fidel Herrera, en Veracruz; Ulises Ruiz, en Oaxaca, y
hasta el propio “precioso” en Puebla. En realidad, al panismo le tembló la mano
para detener la corrupción priista y poco a poco fueron aprendiendo sus mañas y
aquellos “peces gordos” prometidos por Vicente Fox, apenas resultaron insignificantes
charales.
Los (des) gobiernos del PAN no supieron poner la casa en
orden, no hicieron de la transición una realidad, se apoderaron de las
instituciones democráticas, teniendo a su servicio a personajes que, en
los hechos, sólo han respondido a intereses de los poderosos, con un cinismo y
una desvergüenza tal que insulta la inteligencia de quienes desde la ciudadanía
observamos con preocupación como se han venido degradando hasta llevar al
oprobio a las instituciones nacionales, y todavía tienen el descaro de pedir
que se respeten cuando de parte de ellos no existe ni un ápice de respeto para
los ciudadanos.
El aceptar y reconocer a Enrique Peña como si nada de lo
denunciado hubiere pasado, se convierten en cómplices, lo cual equivale a dejar
sanar una herida sin haberle hecho una adecuada asepsia, más temprano que tarde
la pus saldrá nuevamente, no se puede mantener la podredumbre escondida.
¿Qué sigue para los demócratas? Seguir denunciando y
luchando hasta que todos los ciudadanos pobres y ricos en todo el país
comprendan que PRI y PAN al enarbolar un mismo proyecto se convierten en la
misma escoria política.
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