Julio Hernández López
Astillero
Aliancismo gatopardista
Promesas fallidas
Zambrano y el PAN
EPN tropieza en CA
Han resultado escandalosamente desastrosas las gestiones
gubernamentales de quienes llegaron al poder en elecciones recientes a través
de las extrañas alianzas que empujaron Felipe Calderón desde Los Pinos y Manuel
Camacho y Marcelo Ebrard desde el PRD.
Las esperanzas de cambio y buen gobierno naufragaron en
Oaxaca, con un Gabino Cué rebasado por las circunstancias, incapaz de imponer
rumbo y orden a la politiquería desatada a su alrededor, cómplice así sea por
omisión de las pillerías y represión de su antecesor ahora tan impune y
campante, Ulises Ruiz. En Sinaloa solamente hubo cambio de administración del
gran negocio nativo, con un Mario López Valdez, conocido como Malova, extraviado
entre los densos intereses de la delincuencia organizada, restaurador de
violencia entre grupos antagónicos que sienten traicionados algunos pactos
secretos, inactivo también respecto a su intocado antecesor en la gerencia
local, Jesús Aguilar Padilla. Rafael Moreno Valle, en Puebla, acabó mostrando
su verdadera tesitura gordillista, entregado a los negocios y los intereses de
las élites de su entidad, indispuesto también a revisar y castigar los excesos
y la corrupción de quien le antecedió en el cargo, Mario Marín, llamado el
góber precioso, y de su familia y su equipo político cercano. En Guerrero,
aunque no hubo alianza formal, sino el allanamiento de facto del PAN
para el triunfo del PRD, Ángel Aguirre Rivero ha sido congruente a plenitud con
su dinosaurismo priísta original, permitiendo represiones estudiantiles,
protegiendo cacicazgos regionales y mostrando un acelerado camaleonismo que
ahora le permite hablar de la izquierdacomo si fuera su ámbito natural,
prócer de la democracia y la lucha popular mediante boletines de prensa
pagados.
Nada aportaron tales alianzas que no fuera la sabida
simulación del rejuego de siglas y el reciclamiento de viejas mañas. Ningún
interés popular genuino fue beneficiado por esas transacciones electoreras.
Ningún pez gordo de la corrupción cayó en la sartén presuntamente renovada en
términos justicieros y éticos. Pero Calderón, Camacho, Ebrard y los Chuchos
aprovecharon el simple cambio de etiquetas en los productos ganadores de las
subastas estatales para brincar jubilosos proclamando cambios profundos gracias
a sus estrategias visionarias.
A ese mismo formato de extremo gatopardismo pretende
Jesús Zambrano uncir al PRD ya sin Andrés Manuel López Obrador (tabasqueño que
fue complaciente con esas alianzas en Oaxaca pero implacable en el estado de
México, donde la obstruyó, para beneplácito de Peña Nieto y Eruviel Ávila). Aún
extenuado del intenso acompañamiento que dio al dos veces candidato
presidencial de la izquierda en sus giras de proselitismo (aunque
sintomáticamente faltó al mitin del domingo en el que se anunció el retiro
táctico de AMLO), junto al cual prometió luchar de manera épica, Zambrano
apareció ayer preguntando a dirigentes perredistas de estados donde habrá
elecciones el año entrante si están dispuestos a aliarse con el PAN.
Zambrano ejerce con pulcritud las artes de tianguismo
partidista que a buena parte de los Chuchos heredó su guía, Rafael Aguilar
Talamantes, quien negociaba cuanto le era posible a cuenta y cuento de
combatir, mediante esas estrambóticas y redituables alianzas con el cliente en
turno, a hipotéticos adversarios malvados y muy peligrosos ante los cuales no
quedaba sino hacer equipo con otros adversarios que en esos momentos no eran
tan malvados ni tan peligrosos (aunque luego podrían llegar a serlo, ante lo
cual ese pragmatismo de izquierda mercantil podría unirse a los anteriormente
combatidos, y así hasta el infinito).
Ahora, Zambrano propone aliarse al PAN para combatir al
PRI. Es decir, juntarse con Calderón y su pandilla, acusados por propios
panistas de haber negociado con eltricolor la entrega de 2012 a Peña
Nieto, para enfrentar a los nuevos ocupantes de Los Pinos. Claro que la
propuesta mercantil puede cambiar, encarecida, si en el curso de las
negociaciones el priísmo ofrece más y entonces la mira izquierdista encuentra
que las alianzas deben enfocarse a luchar contra la malvada y muy peligrosa
derecha. Servicio al gusto del cliente.
Peña Nieto, mientras tanto, se reunía ayer con la
directiva nacional del PAN y los gobernadores emanados de ese partido. Aun
cuando sigue el jaloneo nada subterráneo ante las pretensiones calderonistas de
maximato de blanco y azul, lo esencial subsiste: hay un pacto entre el que se
va y el que llega, para empujar reformas de élite, defender intereses comunes y
garantizarse impunidad. Por lo pronto, el mexiquense ha prometido diálogo,
entendimiento y colaboración institucional a la cúpula panista actual.
En el plano internacional las cosas no fluyen con tanta
tersura para el licenciado Peña. Su primer asomo diplomático estará marcado por
el desaseo y la ignorancia. Resulta que a los operadores internacionales del
mexiquense se les ocurrió convocar a los presidentes centroamericanos para una
especie de reunión a destajo, aprovechando una visita a Guatemala, donde los
demás deberían congregarse a escuchar al mexicano sin que éste se molestara en
ir específicamente a los demás países. Sólo estarán tres, además del anfitrión
(Panamá, Costa Rica y Honduras), pues los de Nicaragua y El Salvador no
asistirán. Mauricio Funes, el de este último país (quien tiene diferencias
conocidas con el de Guatemala) adujo problemas de agenda y sugirió que ese tipo
de reuniones se convoquen a través del institucional Sistema de la Integración
Centroamericana y no mediante arreglos entre un mexicano y un guatemalteco. Dicho
sistema es presidido actualmente por Daniel Ortega, quien dijo que no fue
informado de esta reunión tan peculiar de la nueva diplomacia
mexicana que tan mal se estrena.
Y, mientras Juan Sabines pide ni más ni menos que cinco
mil millones de pesos para cerrar su sexenio de Hidalgo (aunque éste se
desarrolla en Chiapas), ¡hasta mañana, con Javier Sicilia anunciando un
merecido retiro de los reflectores, durante unos meses, para meditar y
reformularse!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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