lunes, junio 04, 2012

Lo que los estudiantes están entendiendo...: María Teresa Jardí

Lo que los estudiantes están entendiendo...
María Teresa Jardí 

Lo que los estudiantes han entendido es que la corrupción arrasa con todo y, perdiéndoles el miedo, es el momento de tomarles las palabra y salir a gritar ¡ya basta! de manipulación televisiva. Pero no basta con eso. Es momento también de que los estudiantes le pierdan el miedo al compromiso y sean capaces de, entendiendo lo que hoy los mexicanos nos jugamos, salgan, perdiéndole el miedo a AMLO, a pronunciarse y a gritar que vamos juntos a darle a México la posibilidad de cambio a futuro. 
No quieren soltar el poder ni PRI ni PAN ni Televisa ni TvAzteca porque incluso la empresa ha convertido la extorsión a la clase política en otra de sus muchas divisas. 
Pongo un ejemplo. Estoy, como es obvio, en contra de los monopolios. En el entendido de que los monopolios se corrompen siempre y lo corrompen todo. Pero entre Televisa y Carlos Slim me he visto obligada a elegir a Slim, en el entendido de que podría, como el hombre más rico del planeta en que se encuentra convertido, derramar empleos en su país donde hay tantas personar necesitadas de un empleo, para que su vida y la de su familia sea menos indigna. 

 Digamos que Slim podría y tendría que hacer algo a la inversa de lo hecho por Calderón, dejando sin trabajo a cuarenta y cuatro mil familias de trabajadores de Luz y Fuerza del Centro para entregar el bien público a una empresa, la CFE, que él sabía desde antes lo muy corrupta que era. Tengo en mis manos una copia de “Los documentos secretos de Calderón en contra del SME y sus jubilados”. 
Y al optar por Slim y en aras de la congruencia, tengo un teléfono fijo de su empresa, uso Prodigy como servidor para mi computadora y Dish en el televisor y como celular elijo un Telcel. Voy a la tienda de la esquina, una distribuidora pequeñita de esa empresa y les digo que quiero contratar un plan, el más abarato, con el teléfono más barato de todos, tanto así que me lo regalan, con cuatro números, me dicen, a los que puedo llamar gratis y 60 minutos para llamar al mes a otros números sin tener que ponerle yo dinero con la compra de una tarjeta. Como la única forma de adquirirlo —-grave inconsecuencia, de entrada—-, es teniendo tarjeta de crédito, acepto que se me cobre ahí la mesada de 197 pesos. Pero el primer mes me hacen un cargo de 526.55 pesos y el segundo de 355.14 pesos. Voy y les explico que no me pusieron el plan que yo contraté y me envían a otro lugar donde pueden hacerme el cambio y ahí me dicen que sí, si pago “una penalización” de ochocientos y pico de pesos. Un robo en descampado. Les digo que entonces quiero cancelar el servicio. Y se me informa que puedo hacerlo si les pago dos mil y pico de pesos, es decir, los 197 mensuales, que por lo visto sí tienen registrados, como el plan por mi contratado, de marzo a marzo, porque soy compradora cautiva por un año, lo que tampoco se me había informado. 
Una forma más de extorsión tolerada desde el poder para que los empresarios no dejen de obtener ni un peso con cargo a la manutención que, como condena, en México pagamos los pobres a las mafias empresariales, otorgada como plus, por las mafias políticas, con las que el poder comparten a espaldas de la ciudadanía. 
No basta con abrir una tercera cadena para la telebasura y dársela a SLIM para que las cosas cambien. Televisa quiere el poder político absoluto y de entrada ya tiene garantizada una telebancada en el Poder Legislativo también más corrupto del mundo. Y SLIM quiere su propia cadena televisiva para seguir lucrando con el dinero que deja la pobreza. 
Es momento de que AMLO le pierda el miedo a los jóvenes y de que los jóvenes se lo pierdan a pronunciarse por AMLO como el único que, quizá, logre impulsar un cambio. Lo blanco impoluto no existe. Pero lo azul, convertido en negro y teñido con la sangre roja de muchos miles, está a la vista. 

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