¡Si nos dejan!
Norberto Amaya
diariocomo.com
Norberto Amaya
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Disculpen ustedes la forma, pero también es fondo, a final de cuentas esta elemental reflexión la hago como un simple ciudadano que quiere el cambio y la transformación de México, si esto a algunos no les gusta y otros les asusta, la verdad que lo siento mucho pero no es mi problema, creo que desde varias trincheras somos incómodos para algunas formas de poder, hasta por llorar o reír. Es obligación que ante lo que sucede en el país, asumamos nuestra posición crítica, sobre todo cuando vemos las malas decisiones del ejecutivo federal o lo que pasa en los partidos políticos nacionales, o sea que no pienso dar reversa, la gente ya no aguanta.
Se supone que nos integramos a un proyecto político nacional, para que por medio del voto y la organización cívica transformemos al país, ello ha implicado combatir al pensamiento conservador, reivindicar las justas luchas y la historia de grandes patriotas mexicanos. Para plasmar así, en leyes los elementos básicos que garanticen, en estados y municipios, la democracia y el respeto a los otros, para agruparnos en torno a posiciones ideológicas y también prácticas, ayudando a los que nos quieren y nos siguen, dentro de una concepción de izquierda que tiene que ver con la igualdad, equidad, solidaridad, justicia, libertad y democracia, ente otras cosas.
Quizá para los que no piensan como nosotros, somos parte de un mundo raro, lo que no dicen es que las actuales circunstancias nos dan toda la razón y los argumentos sólidos para dar giro radical a la actual Política Económica y una plena revolución de las conciencias. A final de cuentas, la sociedad hizo cambios gracias a los inquietos, luego entonces, con las varias izquierdas, debemos de pensar firmemente en la conquista del poder, de lo contrario lo demás sería una utopía y creemos que el país y nuestras familias no aguantan más fracasos o derrotas, porque con justeza nos planteamos un nuevo rumbo para la nación. Avanzar en los acuerdos es hoy elemental, es demostrar que nuestro trabajo no ha sido en vano, que de verdad queremos un Proyecto Nacional para México, con Equidad y Alternativa para Todos.
Es mezquino pensar en nuestros pequeños territorios y al mismo tiempo negar los grandes recursos materiales y financieros de los actuales dueños de México, sobre todo cuando hacemos caso omiso de las experiencias acumuladas o el empuje de los jóvenes, de los aportes intelectuales y humanos de quienes son amigos, compañeros o simpatizantes. Hoy nosotros fijemos las reglas del juego a los neoliberales y a los poderes regionales, acordémonos de David contra Goliat. Conste que quien escribe, está en una situación desventajosa, pero no me rajo y en todo caso hay que escoger a nuestros adversarios, que no son los de adentro, los que no lo entiendan se quedarán solos.
El esquema nacional está más o menos definido, la Nueva Derecha, el Yunque o el PRI, no van a dejar el poder, no seamos ilusos, entonces el cambio tiene que hacerse desde abajo y con la constitución de organismos alternos, esto quiere decir que las corrientes deberán refrendarse como verdaderos ejemplos de organización alternativa y reconocer sus errores. Que la izquierda electoral ha cometido verdaderas torpezas en municipios como Cancún o Nezahualcóyotl, que se ha equivocado en estados como Chiapas, Zacatecas y Baja California Sur, sólo por citar algunos, que sin embargo, mantenemos contra viento y marea un gran reducto de libertades políticas y sociales, como es el caso del Distrito Federal, donde además, cultura, educación y apoyo a los jóvenes van de la mano, pero también en nuestra capital se ha dado energía a los motores de los grandes cambios. El DF es hoy una prioridad para la izquierda toda.
En el caso del mayor partido de la izquierda, una gran mayoría de dirigentes, al igual que nosotros, no reconocemos la composición actual de los órganos de representación institucional del PRD, dado que no son parte de un proceso electoral limpio, sino de acuerdos cupulares pactados y está claro que los "chuchos " y aliados ya no representan a las bases de ese partido. Por tal motivo, se requiere que los liderazgos asuman responsabilidades nacionales y estatales entonces necesitamos, recuperar la actividad política en general. Pensamos que es estéril e inútil hacer una discusión al vacío, debe retomarse el llamado a que juntos hagamos una propuesta del país que queremos las izquierdas y que se efectué una asamblea nacional, que no sean los grupos de los precandidatos los que decidan, ya habrá tiempo de definir los asuntos electorales, a nuestro ritmo y con criterio. Seamos parte de lo que queremos para México.
Finalmente, los escándalos que protagoniza la clase política sólo ponen de manifiesto que el sistema político actual está agotado. Las venganzas están a la vista, así como las sanciones y cobro de facturas, ejemplos varios, la expulsión del PRI de José Murat en Oaxaca y la expulsión del senador Tomás Torres Mercado en Zacatecas del PRD. Por otro lado, la elección interna con dados cargados en el PAN y el uso faccioso de los recursos públicos en el Edomex, con todo y promoción de La Gaviota y su novio. A lo que se agregan tres acciones que demuestran la decrepitud de la vieja clase política: el abrazo de Fox y Peña Nieto en Guanajuato al amparo de Elba Esther Gordillo; el uso de recursos federales y el destape abierto y violatorio de la ley de María Luisa Calderón Hinojosa, en Michoacán y; la reaparición pública y decidida de Carlos Salinas.
Lo anterior es sólo un pequeño ejemplo de por qué tenemos que cambiar a México e impulsar la formación de una Cuarta República. ¡Si nos dejan! Ojalá quieran y puedan las izquierdas, al tiempo...
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