martes, marzo 02, 2010

Laura Bolaños Cadena : Demagogia

Demagogia
Laura Bolaños Cadena

No se ha distinguido por su habilidad en el discurso el actual ocupante de la silla presidencial. Nos ha proporcionado tema frecuente a los criticones de oficio con sus disparates y desatinos equiparables a los de su antecesor. La falta de oficio político de los gobernantes panistas ha hecho a muchos extrañar al PRI, de discurso con frecuencia hábil aunque dijera las mismas mentiras. No faltaban torpezas, pero no tan graves y frecuentes como los de los dos últimos mandatarios. Mentiras y demagogia, eso sí.

Me tocó escuchar una larga exposición de Felipe Calderón en Radio Imher el sábado pasado, con motivo de la inauguración de una nueva estación radiodifusora del grupo mencionado. Esta vez demostró haber aprendido de sus colegas priístas, pues no dijo burradas pero sí mentiras gordas. Fue de llamar la atención la seriedad con que se refirió a lo bien que vamos y al lugar destacado que ocupa México entre las naciones adelantadas del mundo. Por supuesto no citó las cifras dadas por organismos internacionales acerca de cómo andamos en rubros como educación, que nos ponen a la par de Haití (antes del sismo). Sostuvo que vamos superando la crisis, que la caída del empleo no ha sido tan grave y que la recuperación de empleos va viento en popa.


El color del cristal o daltonismo
Que para 2030 vamos a alcanzar una situación de primer mundo. No lo dijo con esas palabras, lo dijo con cifras según él, reveladoras. FC ve color de rosa el porvenir de México cuando otros lo vemos color de hormiga. Se jactó de los logros de su gobierno, entre ellos destacó las cifras en educación superior. Dijo, eso sí textualmente, que cuando él tomó la Presidencia, apenas el 22% de los jóvenes mexicanos tenían acceso a ese nivel, pero que en los tres años de su mandato, esa cifra es hoy de 28%.
¿Se ha construido un 6% más de preparatorias y universidades? Porque el espacio físico que ocupa un inmueble, hasta donde sé, a menos que las nuevas teorías cuánticas demuestren lo contrario, no es susceptible de inflarse. Lo único que se puede hacer es retacarlo con peligro de que reviente.
La UNAM, por ejemplo, está más que sobrepasada en cuanto a cupo. Maestros del área de postgrado se quejan de que a varias semanas de iniciados sus cursos, carecen de aula para impartirlos, andan botando de un lado para otro, y ya los directores de facultades recibieron notificación de rectoría de que para el próximo semestre van a recibir un mayor número de estudiantes. La situación en este aspecto es desesperada en la actualidad. Desde la rectoría anterior se rellenaron las aulas, lo que no va precisamente en beneficio de la educación. Malamente puede un maestro atender grupos de 70 o más asistentes.


Cantidad o calidad
Desde tiempos de Echeverría se optó por recibir un mayor número de estudiantes en los mismos espacios, siempre insuficientes a pesar de que en ese sexenio sí se construyeron más centros de educación superior, los CCH y la UAM; pero se siguió la política de retacar a la UNAM. Hay que hacer como que se amplía el número de jóvenes con acceso a la educación a como dé lugar. O aunque no haya lugar. En la primaria se limitó el número de reprobados a un mínimo, había que dejar sitio a los que venían atrás sin importar la baja preparación de los que iban saliendo. Es decir, hacer como que se resuelve el problema aunque el resultado sea pésimo para el país.


La otra demagogia
La misión de las universidades es preparar profesionistas de primera calidad. Es forzosa la selección, y no es en las universidades donde tiene que resolverse el problema de las desigualdades. Los jóvenes con bajo rendimiento escolar deben ser canalizados a otras opciones. Culpa es del sistema y no de los centros educativos que los estudiantes provenientes de clases depauperadas tengan grados de educación deficientes, y es en el sistema donde debe ponerse remedio y no obligar a los centros de enseñanza superior, como pretenden los demagogos del lado contrario, a recibir indiscriminadamente estudiantes aunque tengan bajos niveles de preparación. Según éstos, los lugares deben ser “para quienes más los necesitan” y no para los mejor preparados.


Fábrica de desempleados
De otra parte, de nada sirve rellenar las universidades si al terminar la carrera los egresados no van a encontrar trabajo. Maestros de postgrado se quejan de la inutilidad de su esfuerzo y el de los estudiantes que no encontrarán trabajo cuando salgan de las universidades.

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